¿TU COMERÍAS INSECTICIDA? EL MUNDO SEGÚN MONSANTO.

Marie-Monique Robin, periodista especializada en agroalimentación, nos alerta sobre la cuestión de los transgénicos, y su relación directa y perniciosa con la alimentación y la salud.


"No sé si mi libro sobre Monsanto es de terror, pero da mucho miedo porque, por desgracia todo lo que cuento ahí es verdad", asegura la periodista francesa Marie-Monique Robin, que acaba de publicar en España un ensayo sobra esta multinacional de semillas transgénicas a la que acusa de prácticas "mafiosas".

EFE "El mundo según Monsanto. De la dioxina a los organismos genéticamente manipulados (OGM). Una multinacional que les desea lo mejor" (Península) es el prolijo e irónico título elegido para un libro en el que se denuncia, con documentos inéditos y testimonios de muchas "víctimas", la "impunidad diabólica" con la que esta multinacional norteamericana comercializa "productos tóxicos", según afirma la autora en una entrevista a Efe.

Las acusaciones de Robin sobre Monsanto son infinitas: vender semillas genéticamente modificadas que no han demostrado su inocuidad tóxica, que además tienen que ser tratadas por fertilizantes y pesticidas de la misma empresa, igualmente tóxicos, en un ciclo monopolístico, que según esta experta no sólo acaba con la biodiversidad allí donde se implantan, sino que no garantizan mejores cosechas y empobrecen los terrenos.

La periodista se ha entrevistado durante tres años con políticos, campesinos y científicos, algunos de los cuales han sufrido en sus propias carnes el "efecto Monsanto", ya sea por haber sido represaliados y despedidos por sus investigaciones acerca del riesgo que conllevan los productos OGM o haber desarrollado algún tipo de cáncer por estar en contacto con ellos.

Robin reconoce que le ha costado encontrar un editor en Estados Unidos para este reportaje de 500 páginas, un fenómeno social en Francia, donde ha vendido unos 100.000 ejemplares, y que ha sido traducido a trece idiomas, pero al que se le resistía el mercado norteamericano, ya que según la autora las presiones de la multinacional han sido muy fuertes para evitar que viera la luz.

La compañía -recuerda Robin- comercializa el 90% de los cultivos transgénicos del mundo (8.600 millones de euros de facturación en 2007), es la mayor vendedora de semillas en Latinoamérica, Asia, Estados Unidos y Canadá, y entre sus "hitos" químicos está la fabricación del "agente naranja", un devastador pesticida utilizado por Estados Unidos en la guerra de Vietnam.

Robin recuerda que la multinacional tiene abiertos decenas de procesos penales en todo el mundo, por problemas de salud generados por sus productos, pero también por prácticas monopolísticas.

Según lo describe la investigadora -autora también de un exitoso documental de televisión sobre esta empresa [y que reproducimos más abajo]- la multinacional se comporta como una estructura salida de la mente de George Orwell, ya que tiene una "meta totalitaria y monopolística" y utiliza métodos muy similares a los de la mafia.

El libro hace un repaso de las relaciones entre los políticos encargados de redactar la reglamentación sobre transgénicos y las empresas del sector, con casos de miembros de la administración pública en EEUU que tras promover leyes permisivas a estos productos, para reducir las pruebas toxicológicas, se pasaron al otro lado, alguno incluso como "vicepresidente" de la multinacional.

Robin se sorprende de la permisividad que hay en España sobre maíz BT, un cultivo de Monsanto que no está autorizado en ningún otro país europeo, y adelanta que está investigando la relación de cuatro personas del Ministerio de Agricultura español con la multinacional, como ocurre también con algunos miembros de comités científicos que asesoran a la UE.

La periodista rechaza la teoría de que los transgénicos sean la panacea para poder cubrir la demanda de alimentos. "Producimos demasiado, para alimentar a 12.000 millones de personas cuando somos poco más de 6.000".


Leer El mundo según Monsanto (Península), la investigación de Robin, pone los pelos de punta. ¿Exagera? Ella presenta el mundo como campo de batalla entre quien aspira a dominar los cultivos de la humanidad en su provecho –la multinacional Monsanto– y quienes se desviven por desbaratar los riesgos de ese escenario. Júzgalo tu mismo.


Primero dispones del film documental y de investigación: EL MUNDO SEGÚN MONSANTO. Sin desperdicio. (Los primeros 2 min. carecen de subtítulos, pero luego aparecen).

También reproducímos una entrevista aparecida el pasado viernes 20 de Febrero en La Vanguardia: ¿TU COMERÍAS INSECTICIDA?









El mundo según Monsanto from creperie.org on Vimeo.




A continuación ENTREVISTA a Marie-Monique Robin.


¿Qué es Monsanto?
El gigante de la industria agroquímica que domina el mercado mundial de la alimentación.

¿Cómo logra dominar la alimentación mundial?
Domina el mercado mundial de semillas: dominar las semillas es dominar los estómagos, la población mundial.

¿Y cómo se logra dominar las semillas?
Modificándolas genéticamente y patentándolas. Antes de 1992 no podían patentarse semillas,yMonsanto logró que Estados Unidos lo permitiese. Hoy tienen mil patentes.
¿Es algo que debería preocuparme?
Si te preocupa qué comen tus hijos, sí. Preocúpate por las 80.000 hectáreas cultivadas con maíz transgénico en Catalunya y Aragón:¿por qué España es el único país de Europaque acepta cultivos transgénicos?

¿No sucede en otros países europeos?
Está prohibido. Con razón: carecemos de estudios sobre los efectos en la salud humana y en el medio ambiente de los organismos genéticamente modificados (OGM).

¿Y por qué España no los veta?
En el Gobierno de España hay ahora cuatro personas relacionadas con Monsanto.

¿Quiénes?
Estoy contrastando los datos ypronto publicaré sus nombres.

¿Ese maíz es un OGM de Monsanto?
Sí, se le llama maíz Bt, iniciales de Bacillus thurigiensis: esa bacteria está en el suelo de forma natural y es insecticida. Si se usa en preparados pulverizados es eficaz, y el sol la degrada pronto: resulta inocua para el medio ambiente. Pero los de Monsanto tomaron de la bacteria el gen que produce la toxina, y lo insertaron en el genoma del maíz.

Brillante idea: de este modo, ese maíz queda blindado contra los insectos, ¿no?
Sí, peroa uncoste peligroso: la toxina intoxica no sólo al piral –insecto perjudicial para el maíz–, sino también a los insectos predadores del piral (como la crisopa), y a mariposas, mariquitas, microorganismos del suelo, pájaros insectívoros...

¿Y a mí?
¿Tú comerías insecticida? Pues ese maíz insecticida pasa a harinas, chips, tacos, cereales, sopas, tortas... ¿Por qué cada día hay más alergias? ¡Son sobrerreacciones de nuestro organismo ante algo que no reconoce!

Con no comer ese maíz, ¡salvado!
No: ese maíz poliniza cultivos de maíz ordinario, contaminándolos, convirtiéndolos también en transgénicos. ¡Extinguirá el maíz natural! Y aunque no ingirieses ese maíz directamente..., se lo dan como forraje a animales que luego tú sí comerás.

¿Debo alarmarme, pues?
Mis padres eran campesinos, líderes sindicales agrarios en Francia: promovieron adoptar abonos, pesticidas y herbicidas, convencidos de que hacían progresar la agricultura. Hoy están arrepentidos: la biodiversidad de variedades hortofrutícolas ha decrecido drásticamente..., y lamayor proporción de cánceres se da entre agricultores.

Entonces sí podemos alarmarnos...
El herbicida más vendido del mundo se llama Roundup, de Monsanto. Extermina toda la maleza..., pero no es biodegradable, y es promotor de cánceres y perturbador endocrino. ¿Cómo no vamos a padecer cada día más cánceres, diabetes, parkinson y alzheimer? ¡Mis hijas y yo ya no comemos vegetales que no provengan de cultivo biológico!

¿Herbicidas y pesticidas dan cáncer?
¡Nacen bebés con residuos de dioxinas en sus células! Las dioxinas son derivados de síntesis químicas de laboratorio. Llegan a los bebés por lo que comen las madres.

Esto ya escalofría.
Estamos intoxicándonos. Mire el pan.

¿Qué le pasa?
Para que la espiga de trigo produzca más
grano, ha sido genéticamente modificada y protegida con ocho pesticidas y varias hormonas... cuyos restos te comes en el pan. ¡Claro que hay cánceres de mama y próstata, y el esperma pierde fertilidad! Siete amigas de mi edad tienen cánceres. Ninguna amiga de mi madre lo tuvo a esta edad.

¿Y por qué no reaccionamos?
Porque priorizamos la cantidad, la producción, la viabilidad económica, el negocio, los precios... Pero este sistema acabará también con los pequeños agricultores.

¿Por qué?
Compran semillas genéticamente preparadas para ser fumigadas con Roundup, se obligan a comprar remesas nuevas cada año, y son caras. Perdemos miles de variedades tradicionales, y los campesinos acaban en manos de Monsanto, arruinándose muchos.

¿Qué pasará si se mantiene esta tónica?
Que Monsanto producirá todas las semillas... y todos los productos fitosanitarios sin los que esas semillas genéticamente modificadasno fructifican (como el Roundup, que le reporta el 30% de sus ingresos): ¡negocio redondo para Monsanto! Si se confirma que algún producto es peligroso, lo retirarán, dándoles tiempo para fabricar otro...hasta que vuelva a demostrarse que es cancerígeno o perturbador hormonal. Y así hasta que acabemos todos estériles y enfermos.

Esto es tan tremendo... Cuesta creerle.
Tenemos ya el precedente del agente naranja. Empleado como herbicida durante decenios, su uso en la guerra de Vietnam ratificó su toxicidad cancerígena. Así que ha sido retirado. Lo fabricaba Monsanto. ¿Y qué le ha pasado a Monsanto pese a los millones de damnificados? Nada.

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